martes, 6 de enero de 2015

Usted podrá tener siempre todo aquello que se puede comprar con dinero, pero estará condenado a ver cómo precisamente lo mejor, lo más bello, lo más apetecible no se puede comprar con dinero. Lo mejor, lo más bello, lo más apetecible del mundo sólo puede pagarse con la propia alma, lo mismo que el amor no puede comprarse, y si alguien posee un alma no pura, no capaz del bien o al menos de creer en el bien, tampoco poseerá sensibilidad suficiente para lo mejor y más noble, y tendrá que contemplarse para siempre con la imagen empequeñecida, ajada, borrosa, del mundo que sus pensamientos, para propia tortura y pobreza, se han forjado.

Hermann Hesse (Calw, Wurtemberg, Imperio alemán, 2 de julio de 1877 – Montagnola, Cantón del Tesino, Suiza, 9 de agosto de 1962)

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