Dentro de la enseñanza taoísta, podemos definir la ligereza como la virtud de no cargar de contenidos densos el significado de los sucesos en los que somos protagonistas –tanto si son felices como si son funestos- así como el dominio de discernir adecuadamente entre aquello que es importante y lo que no lo es o, dicho en palabras de los antiguos sabios, separar lo fundamental de lo accesorio. Es obvio que esta separación, realizada desde un cierto nivel de consciencia, invita necesariamente a ser liviano ya que, en realidad, aquello que es realmente importante “un hombre de verdad es capaz de llevarlo dentro de sí mismo”.
Wu Wei, el arte de hacer desde la no-acción
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